Los estudios realizados sobre el valor nutricional de la carne de pescado indican que puede protegerte no solo de las enfermedades coronarias, sino también de la hipertensión, el cáncer, la artritis y el asma; y esto es solamente lo que se ha descubierto hasta ahora. Los ácidos grasos omega-3, la grasa polinsaturada presente en el pescado, impiden muchas reacciones bioquímicas perjudiciales y que pueden favorecer la coagulación de la sangre, predisponiendo a un infarto cardíaco o a un ictus. Ya desde hace casi una década, los científicos suecos (estudio Malmö) vienen estudiando estos ácidos grasos, y creen que, incluso, pueden prevenir las enfermedades coronarias, en lugar de tener un efecto beneficioso tras la aparición de la enfermedad.
La Asociación Americana del Corazón, recomienda comer 250 gramos de pescado graso a la semana para reducir el riesgo de enfermedad coronaria. Tomar más pescado no solo aporta más aceite de pescado a la dieta, sino que desplaza a las comidas en base a carnes altas en grasas saturadas. La siguiente tabla puede ayudarte a elegir el pescado más rico en grasas omega 3.
Asegúrate de preparar el pescado con poca grasa: ni frito, ni con mantequilla. Si no te gusta cocinar pescado, tienes las latas.
Bien, hasta ahora todo lo bueno que debías saber del pescado. También tiene su lado oscuro y ese es que lleva una alta dosis de mercurio procedente de la contaminación industrial presente en los océanos. El consumo de mercurio puede contribuir a largo plazo, a la aparición de problemas neurológicos y cardiovasculares en el adulto, y de lesiones muy importantes en el sistema neurológico aún en desarrollo de los bebés y niños. El mercurio puede acumularse en el cuerpo y generar problemas de salud.
La FDA advierte que las embarazadas pueden comer hasta 340 g de pescado por semana, dado que el aceite de pescado es importante para el desarrollo neurológico del bebé; aunque deben evitar el tiburón, el pez espada, las anchoas, y limitar el consumo de atún a 170g por semana. Estos pescados son grandes y viven mucho tiempo; acumulan mucho mercurio en sus tejidos según pasa el tiempo.
Los alimentos marinos más seguros son: el langostino, el salmón, el abadejo, el bagre.
Resulta que estamos ante la posibilidad de que no seas aficionado/a al pescado y tienes problemas cardíacos. En este caso, la Asociación Americana del Corazón sugiere consumir cápsulas de aceite de pescado como alternativa: de 850 a 1000 mg de Ácido Docosa Hexaenoico (DHA) Ácido Eicosa Pentaenoico (EPA)
Ten en cuenta que estos suplementos sólo contienen una pequeña cantidad de omega 3 en comparación con una comida de pescado, por lo que se necesitan varias cápsulas para obtener una dosis equivalente a una ración de 120 g de salmón.
Una fuente alternativa para ingerir omega-3 es a base de fuentes vegetales como el aceite de linaza, nueces, tofu, aceite de canola y aceite de oliva. Las fuentes vegetales ofrecen un tipo de omega-3 menos potente, pero cualquier cantidad es mejor que ninguna.
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